Si la joven no salía de su casa sin un adecuado acompañamiento de damas de compañía o de un familiar, ¿cómo se atrevió a escapar de la Ciudad de México para reunirse con los insurgentes en la lejana Tlalpujahua? Atrapada y reducida a la presión, embarrada de tizne burló la vigilancia y, montada en una mula, huyó para refugiarse en Oaxaca. Aprendió a ser cautelosa, a tal grado que no sabemos si estuvo en Chilpancingo con Morelos y Quintana Roo o se reunió con este último poco después, cuando andaba a salto de mata, esquivando a las tropas realistas. Muchas leyendas surgieron alrededor de ella: que si se casó en México, Tlapujahua, Oaxaca, Chilpancingo o Tlacotepec; que si dio a luz en una cueva de Tierra Caliente: que si actuó por amor o por patriotismo. ¿dónde anduvo y que hizo Leona Vicario durante los últimos cinco largo años de la guerra de Independencia?
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2020
Seguimos buscando los significados de «El Llano en llamas» y otros cuentos (1953) y Pedro Páramo (1955) porque se han convertido en clásicos, según la acepción del término enunciada por Borges. «Clásico es aquel libro que una nación o un grupo de naciones o el largo tiempo han decidido leer como si en sus páginas todo fuera deliberado, fatal, profundo como el cosmos y capaz de interpretaciones sin término». La obra de Rulfo aún motiva entre sus lectores exégesis infinitas, como lo demuestran aquí las reflexiones críticas.
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2020
El 14 de diciembre de 1922 apareció La Señorita Etcétera, de Arqueles Vela, en La Novela Semanal que se publicaba los jueves junto con El Universal Ilustrado, y que se distribuía de manera gratuita. La colección de nouvelles o novelas cortas se publicó entre 1922 y 1925. Esta novela moderna, de ruptura, experimental, sellaría la pertenencia de Vela al movimiento estridentista iniciado un año antes, de manera solitaria, por el poeta Manuel Maples Arce.

Esta es la primera vez que se reimprime en una edición facsimilar La Señorita Etcétera que pronto cumplirá cien años. La acompañan las excelentes ilustraciones de su «compañero de cuartillas» en el periódico El Universal, Guillermo Castillo, que firmaba Cas.
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2020
Un fantasma blanco recorre la cultura mexicana: el pulque; y de la mano de él (y a veces antes que él), aparece su padre: el maguey. Sus huellas, acumuladas durante siglos, son visibles en las infinitas representaciones de la cultura letrada y de la popular; por ejemplo, en la literatura de los siglos xix y xx, objeto de estudio de este libro. Los tonos de estos registros verbales van desde lo dramático hasta lo trágico, pasando por lo cómico, con un componente irónico casi constante. Quizá conforme cada quien avance en la lectura, vendrán a su mente algunos otros casos donde el pulque y el maguey son protagonistas, porque, como afirma el autor, retomando a Vasconcelos: «Por nuestra raza hablan el pulque y el maguey». A tal grado, que hay quienes proponen, entre las muchas etimologías sobre la palabra «México», la hipótesis de que ésta proviene de las voces nahuas metl (maguey) y xictli (ombligo), así como del sufijo co (lugar); o sea: en el ombligo del maguey. Aunque esta idea es más fantasiosa que científica, ilustra la importancia del pulque y del maguey en nuestra cultura.
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2020
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